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Mostrando las entradas de julio, 2021

El padre Pata -Ricardo Palma

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  A viejos y viejas oí relatar, allá en los días de mi infancia, como acaecido en Chancay, el mismo gracioso lance á que un ilustre escritor argentino da por teatro la ciudad de Mendoza. Como no soy de los que se ahogan en poca agua, y como en punto á cantar homilías á tiempos que fueron tanto da un teatro como otro, ahí va la cosa tal como me la contaron. Cuando el general San Martín desembarcó en Pisco con el ejército patriota, que venía á emprender la ardua faena complementaria de la Independencia americana, no faltaron ministros del Señor, que como el obispo Rangel predicasen atrocidades contra la causa libertadora y sus caudillos. Que vociferen los que están con las armas en la mano y arriesgando la pelleja, es cosa puesta en razón; pero no lo es que los ministros de un Dios de paz y concordia, que en medio de los estragos de la guerra duermen buen y comen mejor, sean los que más aticen el fuego. Paréceme á aquél que en la catástrofe de un tren daba alaridos: — ¿Por qué se queja u

El sueño de San Martín -Abraham Valdelomar

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  I Saliendo de Pisco hacia el sur, bajo la bóveda cóncava y azul, sobre la costa ondulante, arenosa, anémica, amarilla y desolada, la vegetación es caprichosa como hembra: ora raquítica y pobre, ora rica y exhuberante, va muriendo y agostándose poco a poco hasta San Andrés de los Pescadores, cuyos últimos arrabales se pierden en la esterilidad ribereña. Siguiendo más al sur, caminando millas y bordeando colinas coronadas siempre por necrópolis incaicas, se llega a cierto encantado lugar que desde tiempos de la gentilidad los indios llaman Paracas. Sopla allí un viento cálido y medroso bajo el hondo cielo, la costa hace una curva cerrada y aprisiona al mar que parece una colosal turquesa engastada en los arenales ocres, resultando la alegría del verde marino con la tristeza del arenoso yermo. El mar es allí como un verde cristal transparente, apenas irisado por la brisa cálida, sin olas, sin ruido, sin violencia, sin exaltación. Aquellos vírgenes rincones son preferidos por las aves, p